Flores en mi cabeza

Éramos golondrinas en nuestro primer vuelo, tanteámos el poder de nuestras niñas alas  y fuimos como amantes de sol, volcán y lava,  aleando nuestro amor en la expansión del cielo. Éramos luz de noche, golondrinas del aire. Al horizonte oscuro cubríamos de estrellas. Y fuimos el amor en su forma más bella, caudal de comprensión en su total entrega. ¡Éramos y seremos, impetuoso anhelo! Y el amor continúa brillando en las miradas.  Nuestro hogar ubicado en las alturas del cielo se ponta de colores en cada alborada.

Cuando miro tu ojos, yo te imagino deshojando mis horas pasión de Luna. Alargando la noche, destronando mi calma, alterando el silencio dentro de mi alma. Esclarece la noche y el alba niña          se viste con encajes de nubes blancas. Se ciñe en un abrazo de sol naciente,  y va incendiando montes en tibia llama. Piel sobre piel, beso de luna.        Labios de plata, suave ternura.              Lluvia de estrellas, noche, destellos lunas y soles, sensual desuello.