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Mostrando las entradas de octubre, 2019

AMOR CELESTE

Al recostar mi cabeza en tu pecho  siento alear en mí un ímpetu indiscreto... Es que al oír tus latidos tan cercanos mi corazón se siente insatisfecho. Y me acunan tu ternura y tu fragancia, y el sutil respiro de tu aliento. Siento deseos de ti...,                               soy ave al viento que se apresta a morir en las alturas. Desde tu arrullo al cielo y desde el cielo a lo divino. Que nuestra pasión se manifieste... ¡En este sublime amor, mi amor celeste!

DOÑA BLANCA

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En su alto caballo con su mirada hacia el cielo cabalga Doña Blanca predicando el evangelio. Sentada muy derecho  montada en Campanero desplega en su vaivén un ademán altanero. Con su verdad nadie pudo contener su contrafallo. Ella es fiscal y juez al montar en su caballo. Así en su justicia propia, no volteaba hacia los lados. Si miraba no veía al niño necesitado ni a la mujer en el pozo ni al hombre endemoniado ni al leproso, ni al ciego ni al odiado publicano. "Todo está predestinado" sermoneaba Doña Blanca "Si aceptas, heredas el cielo... y si no estas..., condenado".

INVISIBLE

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 Muchas veces cuestioné   el porqué no me veías..., siempre fui ese apoyo  que tú no merecías. Como una gaviota  mirando hacia la luna, enamorada,   así te buscaban mis ojos ansiando un gesto de tus manos. Y pasaron las horas  que se convirtieron en días  y esos días, en años  y esos años en vida.  Mi esperanza sometida  al cansancio  se desvaneció como el humo  que el viento ha disipado. Transparente de cariño y sin cuidado  hoy camino como espectro...                 ¡Completamente invisible!  Y me uno al universo fantasmal  de los que un día esperaron demasiado  de quienes nada podían dar.

PUEDO

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Puedo describir tu rostro, con mis ojos cerrados Ojos de miel, cara de luna, labios rosados. Puedo sentir tus manos incendiar mis veredas frías. Dulces quimeras, brisa por viento, cielo estrellado. Y respiro tu aliento en la cercanía de tus labios en los míos. Me cobija tu piel y con tus besos sedientos excitas mi huesos dormidos. ¡Y yo tan solo puedo...,  puedo porque quiero  y quiero con pasión estar contigo!