DOÑA BLANCA
En su alto caballo
con su mirada hacia el cielo
cabalga Doña Blanca
predicando el evangelio.
Sentada muy derecho
montada en Campanero
desplega en su vaivén
un ademán altanero.
Con su verdad nadie pudo
contener su contrafallo.
Ella es fiscal y juez
al montar en su caballo.
Así en su justicia propia,
no volteaba hacia los lados.
Si miraba no veía
al niño necesitado
ni a la mujer en el pozo
ni al hombre endemoniado
ni al leproso, ni al ciego
ni al odiado publicano.
"Todo está predestinado"
sermoneaba Doña Blanca
"Si aceptas, heredas el cielo...
y si no estas..., condenado".
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