Una mañana de abril me fui escurriendo por el quebrado cristal de mi ventana respiró libertad mi alma de niña y me alejé en zapatillas algo gastadas. Supe que si crecía alas, volaría y por las alas clamé de noche y día cuando crecieron, viajé, surcando vías por caminos plenos de melancolía... Y los vientos volaban mis cabellos y de mis ojos una lágrima que ardía lentamente recorrió mi piel, serena tallando mi poesía de mar y arena. ¡Soy un poco de mar y un puñado de arena! La tristeza dejó un camino entre mis cejas. En mi espalda llevo, mi mochila y mi guitarra Y en mi versos, los lamentos de mi patria.
Refugiada en el vientre de las sombras Disfruté del reposo al estar sola Despojada de mis luchas y mis guerras... ¡¡¡Me rendí al deseo de la tierra!!! Y fui semilla enterrada en sus adentros mudando la piel seca y arcaica empujando hacia el sol, buscando vida en total solitud y aislamiento... Y el sentir de mi alma escribí en versos al conciliar mi camino con los designios de la tierra.
se destrabaron las notas... Saludos.
ResponderBorrarSaludos cordiales
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