LA NIÑA QUE MURIÓ DE AMOR
La niña murió en su cama
a las tres de la mañana.
Su cuerpo se hizo de mármol
se congeló su pijama.
Sus ojos no se abrieron
a la claridad del alba
y sus dedos no tañeron
las cuerdas de su guitarra.
Su voz de calandria triste
para siempre silenciada.
Su hermosura natural
y la ilusión que tenía...
todo había terminado
en ese funesto día.
También se apagó la luna
y la luz de las estrellas
se ocultó tras blancas nubes
a llorar la muerte de ella...
Su madre perdió su mente
no pudo ser consolada
y en la sacristía del pueblo
sonaron tres campanadas.
Cuando el sarmiento brotó
sus zarcillos enroscados.
La niña yacía en paz
en un cajón barnizado.
Parecía que dormía
bajo los rayos del sol
su cabellera adornada
con abetos y una flor.
Un ave cantaba nanas
y se le unió un ruiseñor
una blanca paloma
en sus alas la arrulló.
Entre los tres la elevaron
al hogar del buen Señor.
La niña de trece abriles
que quiso morir de amor.
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