RÍO SEDIENTO

Llegaste a mi vida arrasando las defensas
de mi fortín cerrado.
Y extravié mis valores desvirtuando el sendero 
en el que caminaron mis primeros muertos.

Cerrojos y paredes cayeron derrumbados
con tan solo la ojeada de tu clara mirada
y esa forma viril de tus movimientos 
que me incitó a ser mar 
a tu río sediento. 

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