COLOR MORRIÑA (antipoesía) Escucho la voz que me habla en el camino. Un camino que me acerca día a día al inevitable destino. El camino de adiós, el camino de olvido. Pero antes de irme, me explico... Pues agradezco a todos los inviernos fríos y las luchas que le dieron, a mi espíritu, alberdrío... Cerré ciclos, abrí puertas e intenté siempre algo nuevo. Y no me aferré, por temor; a lo que por rutina, era viejo. Por experiencia lo digo y no es porque yo reniego; que a mí, mis padres me hicieron en una noche de invierno... Con un corazón de hielo y de manos congeladas, guapié por toda la vera cuando emprendí mi jornada. Hablé y detuve al viento. Al trueno empujé muy lejos. Las tormentas no me hundieron en profundo derrotero.... Las rodillas me sangraron mis manos miré vacías mas cuando abrí mis ojos miré una cara sombría. Entre lo burdo de mi experiencia y la escasez de crecimiento que mi experiencia aporta al color morriña con tonos de mediocridad que me atormenta